La exposición al sol puede provocar quemaduras solares, lesiones y modificaciones de la piel (como manchas, arrugas o "piel como cuero"), daño ocular y cáncer de piel.¹ El cual de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es el más frecuente en el mundo con 2 millones de nuevos casos cada año.² Debido a esto, es importante proteger nuestra piel de los daños causados por el sol durante todo el año, sin importar el clima.¹

La exposición solar está asociada en el 80% de todos los casos de cáncer de piel.²

Los daños causados por el sol en el cuerpo son debido a la radiación ultravioleta (UV) invisible. Las quemaduras solares son un daño ya visible, el bronceado por su lado es un signo de la reacción de la piel a la radiación UV potencialmente dañina, que produce una pigmentación adicional para adquirir cierta protección contra las quemaduras solares, que no siempre es suficiente.¹

Para disminuir el riesgo que todas las personas tienen, sin importar el color de piel ante la exposición al sol, se pueden llevar a cabo estas medidas:¹

• Limita el tiempo de exposición al sol (Especialmente cuando los rayos solares son más intensos, entre las 10 a.m. y 2 p.m)
• Utilizar ropa que cubra la piel expuesta al sol. Actualmente existe ropa protectora contra el sol.
• Utilizar regularmente y según las indicaciones protectores solares de amplio espectro (protección contra los rayos UVA y UVB) con un valor SPF de 15 o superior.
• Aplicar protector solar en toda la piel descubierta, especialmente en la nariz, las orejas, el cuello, las manos, los pies y los labios (pero evite ponérselo dentro de la boca y los ojos). Reaplicar al menos cada 2 horas. 
• Retocar más a menudo si está nadando o sudando.
• Leer las instrucciones de uso de cada protector solar. Para menores de 6 meses, se debe consultar a un profesional de la salud antes de aplicar un protector solar.